Los habitantes de la antigua China creían que el lugar donde se vive o la ubicación de las distintas habitaciones de la casa, así como la orientación o disposición de los objetos, podían influir considerablemente en la armonía de la vida. La orientación y el diseño de una casa, la disposición de los muebles, la posición de los objetos, los colores y el mobiliario contribuyen significativamente a crear un ambiente relajante y armonioso.
Esta creencia se llama Feng Shui y no es magia, sino una disciplina antigua y compleja que conlleva la sabiduría de antiguas tradiciones, filosofías, religiones, medicina, prácticas, rituales y representaciones.
En Frankystar, hemos basado toda nuestra producción en las reglas y fundamentos del Feng Shui, en la creencia de que realmente puede hacer que la vida cotidiana sea aún más agradable.
Uno de los puntos clave del Feng Shui es el concepto de cambio continuo, según el cual, para vivir una vida plena y estar realmente satisfechos, debemos permitir que la inevitable energía del universo fluya a través de nosotros y de los entornos en los que vivimos. Sin oponernos a ella, sin dejarnos atrapar por apegos, hábitos y nuestra necesidad de pertenecer y estar seguros. Soltar, dejar fluir, formar parte del todo.
Cuando trabajamos en nuestros diseños, nos gusta impregnarnos de la sensación de que es la energía del universo la que da vida a nuestras ideas y guía nuestros lápices, para que tomen una forma que nunca es la misma. Cuando se nos ocurre un nuevo diseño, cuando elegimos formas y colores, nos gusta pensar que simplemente dejando fluir nuestras ideas sin juzgarlas, sin miedo al fracaso, pueden realmente marcar la diferencia en la vida de otras personas.
Nos encanta crear diseños modulares que puedan dar vida a diferentes formas y estilos combinados. Nos gusta ofrecer a nuestros clientes la posibilidad de jugar con nuestras creaciones, de sentirlas como propias, de moldearlas según sus gustos y necesidades personales. Nos gusta pensar que nada de lo que creamos permanecerá igual para siempre, y que cada cosa, cada accesorio, adoptará un rostro distinto cada vez que entre en la vida de alguien, cada vez que pase a formar parte de una historia diferente.