El indoro de pie es la forma más común de retrete. Estos inodoros consisten en un recipiente que se coloca directamente en el suelo y se fija al suelo con tornillos. Es fácil de instalar y a menudo es más barato que un inodoro suspendido.
Por otro lado, el inodoro suspendido, como su nombre lo indica, está fijado directamente contra la pared. A menudo se recomienda por su estética y por el hecho de que es fácil de limpiar por debajo, ya que no está fijado al suelo.
Resumiendo, uno se fija verticalmente, el otro horizontalmente. Para completar las instalaciones sanitarias, todo lo que necesitas hacer es añadir una tapa de inodoro y/o accesorios para éste.
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