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Cuando brilla el sol, una sombrilla se convierte rápidamente en un accesorio esencial para crear un espacio exterior cómodo y acogedor. Desde las dimensiones hasta el color, los materiales y la forma, aquí tienes una guía que te ayudará a encontrar la sombrilla perfecta para ti.
El primer paso para elegir una sombrilla es determinar la superficie que deseas sombrear y, por tanto, el tamaño de sombrilla que necesitas. Medir el espacio disponible es fundamental para garantizar que la sombrilla ofrezca una cobertura adecuada. Para zonas pequeñas o balcones, una sombrilla de 1 a 2 metros de diámetro puede bastar para dar sombra a una mesa pequeña y unas cuantas sillas. En cambio, para grandes terrazas o zonas de descanso, puede ser necesario un modelo de 4 metros o más para cubrir una superficie mayor.
Las sombrillas están disponibles en diversas formas: redondas, cuadradas y rectangulares. La elección de la forma dependerá sobre todo de tus gustos y de la disposición de tus muebles de jardín. Las sombrillas redondas son clásicas y versátiles, mientras que los modelos cuadrados y rectangulares son perfectos para cubrir zonas específicas, como el comedor del jardín o las esquinas de la terraza.
Las sombrillas desplazadas tienen un mástil excéntrico que libera el espacio bajo la sombrilla para ofrecer mayor flexibilidad para colocar muebles de jardín y evitar que obstaculice. Este tipo de sombrilla es especialmente útil para comedores al aire libre, piscinas y zonas de relax.
Las sombrillas rectas, también conocidas como sombrillas fijas, se montan directamente sobre una base central y se elevan verticalmente por encima de la zona que se desea cubrir. Pueden ser redondas, cuadradas o rectangulares. Las sombrillas rectas son muy versátiles, porque puedes instalarlas en una terraza o balcón, o llevártelas de vacaciones y plantarlas en una playa.
La sombrilla reclinable es una sombrilla recta con la particularidad de ser desmontable. De hecho, tu mástil puede inclinarse y orientarse según la trayectoria del sol, para dar sombra durante todo el día.
El tejido de la sombrilla desempeña un papel esencial en su durabilidad y su capacidad de protección frente a los rayos UV del sol, perjudiciales para la piel. Los materiales más utilizados son el poliéster, el acrílico y el algodón. El poliéster es una opción popular por su durabilidad y asequibilidad, pero puede desteñir con el tiempo. El acrílico suele preferirse por su resistencia a la decoloración y a la intemperie, además de ofrecer una excelente protección contra los rayos UV. El algodón es menos habitual debido a su tendencia a retener la humedad y deformarse cuando se moja, pero puede ofrecer una sensación más natural al espacio exterior.
La elección del material del mástil de la sombrilla desempeña un papel crucial en su durabilidad y resistencia a la intemperie. Las opciones más comunes son el aluminio, la madera y el acero. El aluminio es ligero, resistente a la corrosión y no requiere un mantenimiento especial, lo que lo convierte en una alternativa muy popular. La madera aporta un toque de calidez y elegancia, pero requiere un mantenimiento regular para evitar la aparición de moho y la deformación de la madera. El acero es resistente y duradero, pero puede oxidarse si no se protege adecuadamente.
La elección de la losa o la base de la sombrilla depende de la estabilidad requerida y del atractivo estético deseado. Las sombrillas suelen tener patas de metal, madera o plástico. Las patas metálicas, como las de aluminio, proporcionan a la sombrilla una gran estabilidad, al tiempo que son ligeras y resistentes a la corrosión. Las patas de madera se integran mejor en el entorno, pero requieren un mantenimiento regular, sobre todo si están expuestas a la intemperie. Los pies de plástico son ligeros y fáciles de mantener, pero pueden ser menos duraderos que otras opciones.
El último criterio a tener en cuenta a la hora de comprar una sombrilla es su color. Puede tener un impacto significativo en la estética general del espacio exterior. Los tonos neutros como el beige, el gris o el topo son atemporales y versátiles. Combinan fácilmente con una gran variedad de decoraciones y ambientes. Los colores vivos como el rojo, el azul y el verde pueden aportar un toque de diversión y vitalidad a tu terraza. Asegúrate de elegir un color que combine con el resto del mobiliario y el paisaje de tu jardín.
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